De haber separado aquel sitio con anterioridad tal vez podría haberme sentado en él. Si aquel polluelo hubiese podido aletear tal vez su caída no hubiera terminado como tal. Una vez más la culpa me miró, me convenció de mi error, me hizo entender mi estupidez, le agradezco haberlo hecho a tiempo para evitar esa llaga que tiempo atrás apareció en aquel lugar. Sin embargo surge la interrogante, aquella maldita interrogante, que vuelve a mi cada vez que mi corazón vuelve a latir. Si la verdad me hubiese tocado con anterioridad, la serenidad hubiese reinado, limpiando de mi todas aquellas emociones que sin sentido alguno, reposaban sobre mi corazón, que en este momento late por esa persona.
Tal vez no sepas que es para tí, pero no tienes que saberlo... sólo tienes que sentirlo...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)