Corte

Ya han pasado 2 días que no salgo de aquí. Esta oscuro, todo esta oscuro. No hay un solo aliento humano a mi alrededor. Sólo la fría sensación del suelo en mi espalda y el viento que recorría mis mejillas como sí se trepara de de un simple montículo de tierra. Parece que sólo soy eso. El resto de personas no me ve como algo más que eso. Para incluso ya he empezado a pensar que soy eso. Nada más que un simple montículo de tierra.

Me duele algo más que el corazón, no lo niego. Me duele el alma misma. Me duele porque siente que ha sido vilmente engañada. No quiero seguir escribiendo pero mis manos sienten la necesidad sienten la necesidad de desahogar sus penas detrás de un par de palabras que más que eso, llegan a donar como simples ruegos.

Que demonios estas rogando? Qué demonios estas pidiendo? Olvídalo nadie lo entendería. Ni yo mismo pensaba entenderlo hasta ahora que al fin se me ha revelado la verdad. No soy más que un simple y desgraciado humano que llegará hasta dónde tenga que llegar y luego mi vida de esfumara porque para eso fue creada y así terminara.

Ahora me encuentro aquí. Sentado en la oscuridad sin querer tener contacto alguno con nadie. - esta loco. Si, muy probablemente digan eso. Pero la única verdad es que tengo miedo de mi propia raza. Una raza condenada a la maldad contra ella misma. Una raza que no conoce la felicidad de verdad. Una raza que prefiere la muerte antes de seguir sufriendo.

Creo que eso es lo que voy a hacer. Quizás debería culminar con este triste episodio que es mi vida. Porque a la espera de un final feliz. Muere hasta el mismo protagonista. Ya no puedo derramar una lágrimas más ya me he deshidratado sólo de eso. Con las justas puedo respirar porque el mismo aire me ahoga. Ya no puedo ver casi nada en esta oscuridad. El frío del contacto con otros me ha dejado insensible. Ya me he quedado sordo de oír lo estruendoso del silencio. Y ya no puedo saborear nada. Lo único que queda en mis labios es el recuerdo de tu miel. Así qué debo acabar con esto de una vez...



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