Capitulo I - El Comienzo

-¡Joseph Levántate!
-Ah?
-Que te levantes, ya son las 6!
-¡Ah ya mamá!

Una mañana como cualquier otra, pero con una pequeña diferencia. Ese día empezaba una nueva etapa. Me cambio, me lavo, reviso las aulas a las que tengo que ir, por ultimo tomo mi desayuno y procedo a irme. El dolor de cabeza de todos, el trasporte, yo no era la diferencia, correr tres cuadras para que al final el desalmado conductor no quiera detenerse hasta que alfin pude estar parado en un auto, debido a que a esas horas estar sentado es solo un sueño que pocos pueden lograr. Increíble tengo solo 15 minutos para llegar y hay una enorme cola de autos, ni modo, me tuve que ir caminando, según recuerdo por ser la primera vez camine el doble, debido a que lo hice por otro camino. Al final llegue después de media hora, me dirijo hacia mi supuesta aula y me doy con la sorpresa que han cambiado los salones, y de donde estaba, el primer piso del pabellón B, me vi en la necesidad de correr asta el cuarto piso del pabellón D, en la esquina de la universidad. Un día caótico pensé, pero estaba feliz, era un día que no olvidare nunca.

Y así fueron pasando los días, silenciosos, rápidos, no hablaba con nadie, no me gustaba pero quería, me estaba aburriendo. No fue sino hasta que conocí a Carlos en una clase de Programación, si un buen amigo, pero sin saber lo trataba muy mal, ahora que me pongo a pensar. Otro día baje 3 pisos para conseguir un bebida, y la vi, nunca creí en el amor a primera vista, y en ese momento tampoco lo hice, la vi, me gusto, y regrese a mi salón, no me gusta dar la iniciativa. Para mi sorpresa ella vino detrás de mí, estaba 3 asientos detrás. Me quede callado no soy muy confiado con respecto a las relaciones debido a que nunca tuve una. Pero ese mismo día conocí a Alonso, gran tipo, le gustaban los animes al igual que a mi, sin embargo seria esa amistad la que me llevaría a cometer uno de los peores errores de mi vida. No lo digo por el sino por lo que sucedió mientras estuve con él.

Se acercó el día de nuestra primera práctica, todos sentían algo y esas emociones iban desde preocupación a desesperación, excitación en ese momento. Yo me encontraba normal no me había ido tan mal estudiando así que tenia la practica de cierta forma asegurada. Luciana, una amiga, me dijo que iba a estudiar con una amiga en un cubículo y que si podía ir a ayudarlas, yo accedí, no vi nada de malo estudiar con alguien más debido a que ya estaba preparado para tal prueba. Una vez terminadas las clases me dirigí con Alonso a la puerta para buscar a Luciana, se izo tarde, Alonso se tenia que ir, me quede solo esperándola. Una hora después de la acordada se aparece Luciana con otra chica atrás, trato de distinguir quien era y para mi sorpresa era ella, la que había visto hace unos días cuando compraba una bebida. La salude y nos presentamos, se llamaba Lucia, que hermoso nombre.

Ella era callada, no decía mucho, tampoco le preguntaban mucho, de eso me fui dando cuenta. Luciana me dijo que la reserva del cubículo iba a ser dentro de una hora debido a que ella tenia una tutoría en otra aula en ese momento, así que se despidió con una llamada de atención, -¡Cuídala que es algo antisocial!- y yo respondí -¿Qué? ¡Si tu sabes que acá el antisocial soy yo!, y una voz femenina desesperada surgió de mi espalda - ¡Yo soy la antisocial! -, una respuesta inesperada y bastante extraña. Así que mientras Luciana se alejaba, surgió un debate entre Lucia y yo decidiendo quien era más antisocial, al cabo de 10 minutos estabamos ahí mirandonos sin saber que hacer los siguientes 50 minutos, fuimos en busca de algun sitio para estar y encontramos un cubículo libre increíblemente, así que nos metimos en uno. Ni bien entramos tuve que soportar verla entrando a sus mil y un cuentas de diferentes redes sociales y foros. Me sentí feliz de tenerla a mi lado pero éramos conocidos, nada más que eso. Y así transcurrieron los días, y los saludos que eran antes simples miradas se convirtieron en movimientos instintivos de nuestras manos.